Mantener el trabajo es una de las prioridades de los sindicatos

Han pedido a AEB y CECA prorrogar las negociaciones hasta diciembre

Si el sector financiero estaba sumido en una transformación sin precedentes como consecuencia de la digitalización, la crisis sanitaria derivada del coronavirus ha sido la puntilla, para su casi completo cambio de modelo.

La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ya explicó el lunes a la plantilla del grupo que la nueva situación acelerará los cambios en el modelo bancario, incidiendo más en su digitalización y en la manera de trabajar, ahora con mayor peso del teletrabajo como consecuencia del confinamiento. La idea transmitida por la banquera es que se estudiará el impacto del teletrabajo durante este periodo de estado de alarma para su previsible mayor implantación.

Ahora, los sindicatos consideran que ante el parece que exitoso método del teletrabajo para que ciertas empresas sigan con su actividad, debería regularse por convenio. Esta es, de hecho, una de las nuevas peticiones que CC OO y UGT incorporarán en las negociaciones de los convenios de bancos y antiguas cajas de ahorros, una vez que el de las cooperativas de crédito ya se firmó.

Las negociaciones del próximo convenio apenas han avanzado, pese a que el anterior convenio finalizó en diciembre de 2018. Desde entonces, y hasta finales del pasado ejercicio los sindicatos optaron por cerrar un acuerdo sobre los horarios de la jornada laboral. Una vez resuelto este asunto, sindicatos y patronales iniciaron las negociaciones del próximo convenio, tras haber prorrogado el vigente 2015-2018 al 30 de junio de 2020.

La crisis sanitaria, con el estado de alarma, han provocado la paralización otra vez de estas conversaciones, lo que ha llevado a los sindicatos a pedir el pasado 14 de abril a AEB y CECA una nueva prórroga hasta el 31 de diciembre de este año, ya que consideran que es muy complicado llegar a acuerdos que permitan su firma en junio. Las dos patronales aún no han contestado a estas peticiones de ultraactividad.

Fuentes de CC OO y de UGT aseguran que ahora, además, las prioridades han cambiado, lo mismo que parece que se han transformado ciertas formas de trabajo, que se han incorporado para quedarse, caso del mencionado teletrabajo.

La conservación del empleo en bancos y antiguas cajas de ahorros se ha convertido también en la principal prioridad.

Los sindicatos están convencidos de que tras finalizar la crisis sanitaria, las entidades financieras seguirán con sus planes de ajustes de oficinas y plantilla, ahora paralizados.

De hecho, desde que se inició el confinamiento, la banca no solo no ha presentado planes de ERTE o ERE, sino que los que estaban en marcha, caso de Ibercaja, se ha paralizado. Desde que estalló la crisis solo se ha firmado el ERE de Abanca, que ha afectado a 190 empleados. Este ajuste solo estaba pendiente de su firma cuando se inició la crisis del coronavirus en España.

Lejos quedan las peticiones salariales iniciales de los sindicatos a las patronales. En el comienzo de las conversaciones UGT pidió una subida salarial superior al 3%, para quedarse más tarde en el 2,5%, cifra muy similar a la de CCOO.

El último incrementó salarial que recibieron los 69.180 empleados de ahorro fue del 1,25% sobre el IPC. Fue en 2018. Los entonces 95.000 trabajadores de los bancos percibieron una subida salarial del 1,75%. El incremento pactado en el convenio aprobado en las cajas rurales en 2019 fue del 0,8%.

La seguridad en el trabajo también se va a convertir en uno de los puntos destacados en las negociaciones de los dos convenios. Los sindicatos creen que aunque los bancos hayan comenzado a diseñar su desescalada, las entidades financieras no volverán a la normalidad hasta, como mínimo, después del verano.

*Tomado de Cinco Días