Maestros y la razón…
Por Jorge A. Zamora Servín*
En 1968, frente al gran movimiento estudiantil, los periódicos cerraron sus puertas a cualquier noticia que viniera de parte de los estudiantes. Fue un cerrojo informativo terrible. Tal fue el control y autocontrol mediático, que la masacre de Tlatelolco la presentaron como un enfrentamiento a tiros entre estudiantes y soldados, donde estos últimos habían sido agredidos por los estudiantes, que se habían refugiado en el casco de Santo Tomás y ahí resistían a las autoridades.
Por eso y al leer hoy las acciones mediáticas y políticas frente a las acciones magisteriales antes en Michoacán y otros estados de la República, actualmente en el estado de Oaxaca incluyendo algunos que debieran por lo menos guardar silencio, condenándolos al unísono, “todos a una”, siento un amargo recuerdo de las emociones de aquellos días de represión a estudiantes en Xalapa.
Un movimiento por la democracia, dondequiera que se dé, es imposible que los actores estén totalmente equivocados en todo. El inicio de la protesta magisterial generalizada en casi todo nuestro País, tiene su inicio a partir de la tan cuestionada reforma educativa, así que intento hacer algunas precisiones a favor de la causa de los maestros.
Es falso que los maestros de todo el país teman a la evaluación de sus capacidades. Y si somos cuidadosos entenderemos que la evaluación de las capacidades magisteriales son muy difíciles de precisar, y es necesario dialogar primero y lograr un acuerdo entre gobierno y maestros sobre el contenido de la evaluación, los profesores hacen una propuesta que debiera discutirse con los razonamientos científicos a la mano, que actualmente son muchos y muy discutibles.
Los maestros claman por mejoras salariales y la solidaridad a los padres de familia. Pero la acción mediática y gubernamental manipula la información etiquetando como origen de todo problema magisterial a la evaluación como el gran tema.
Quienes dedicamos parte de nuestra vida a la enseñanza, sabemos que no se trata de contabilizar conocimientos, sino que por lo menos hay que evaluar además las habilidades, los valores y las competencias, y por mal que se hable de los maestros mexicanos, lo cierto es que sobresalen entre los profesores del mundo en cuanto a su vinculación emocional, cariño y confiabilidad entre los niños, y ese es un gran patrimonio de la educación mexicana.
Nuestros maestros les enseñan cariño y amor a sus semejantes a nuestros hijos o nietos, muy por arriba de Japón, Alemania y Estados Unidos. Si lo dudan, pregúntenles a sus parientes en primaria, si quieren, estiman, son indiferentes o desprecian a sus maestros y verán que los menores en su gran mayoría contestaran entre quererlos y estimarlos, en cambio en los países más avanzados la relación con sus maestros son de indiferencia, entre otras razones porque los maestros son vistos como una pieza de maquinaria burocrática, y aquí los maestros asumen una responsabilidad personalizada sobre sus alumnos.
Reflexiono, cuántos puntos van a darle a esas habilidades naturales de los maestros mexicanos, los ciudadanos seremos capaces de pedir la hoguera para los maestros de nuestros hijos con nombre y apellido. Yo no, porque estimo y aprecio con todo cariño a los profesores que tuvieron mis hijos y comparto las mismas emociones con ellos cuando los vemos en la ciudad.
Tomemos conciencia de lo anterior y veamos si somos capaces de mirar a los ojos a nuestro hijo o nieto mientras le decimos: “estoy pidiendo que corran de su trabajo a tu maestro, porque reprobó el examen de la SEP”. Háganlo y si son capaces de seguir viendo al niño después de escuchar esto sin arrepentirse.
Las madres de familia que trabajan saben que su mayor deseo es que los profesores atiendan a sus hijos durante ocho horas y no las cuatro de hoy. Así, ellas estarían mucho más tranquilas en sus diversas actividades y empleos.
Que esos manifestantes son maestros lo subraya el hecho de que las escuelas quedan sin clases, porque si fueran los comisionados los que protestaran, los únicos preocupados serían los funcionarios que los usan como choferes o guardaespaldas.
Por eso, y el haber egresado de la la Benemérita Escuela Normal Veracruzana es un privilegio que muchos maestros quisieran haber tenido y ejercer el magisterio lo que no tiene comparación … estoy con los maestros y contra la represión mediática y física…. Exijamos un alto a la mentira y la simulación. Que se resuelvan los conflictos mediante el dialogo, productivo y verdadero, porque no son los tornillos que aprietan a los políticos a sus sillones en esta época de crisis social educativa, lo que está en juego, es la formación de los futuros ciudadanos. Es la educación de los niños y jóvenes. Es el futuro de México.