Jorgelina, una niña de una escuela primaria pública de una de las áreas menos desarrolladas en las afueras de Montevideo, observa con atención la pantalla de su ordenador portátil. No la distraen las redes sociales ni los videos virales. Nada puede desviar su atención del pequeño ratoncito que corre a través de un complejo laberinto para atrapar un trozo de queso. El ratón, el laberinto y el queso son parte de un videojuego que ella diseñó y programó desde cero junto con otras seis compañeras de clase de 11 años de edad.
Como en Uruguay no hay suficientes maestros de primaria especializados que puedan guiar a los niños a través de los laberintos para aprender a codificar, Jorgelina y sus compañeros de clase reciben instrucción por parte de un docente remoto en un país vecino, Argentina. Los chicos también son asistidos por su docente principal como parte del proyecto Pensamiento Computacional, dirigido por el Plan Ceibal e implementado en todas las escuelas uruguayas de tiempo completo, modelo que recibe el apoyo del Banco Mundial.
Es de esperar que un día estas seis niñas contribuyan a aumentar la proporción de mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM), no solo en su país , sino en toda Latinoamérica.
Enseñar pensamiento computacional para ayudar a los niños a resolver problemas complejos de manera creativa y cooperativa o proveer software y hardware adecuados para facilitar reuniones productivas entre estudiantes en un aula y docentes que están a muchos kilómetros de distancia, son simplemente dos de las múltiples soluciones que la tecnología puede ofrecer para hacer frente a la crisis del aprendizaje.
Agrupada bajo la etiqueta de EdTech (tecnología para la educación), esta práctica puede desempeñar un papel relevante apoyando la lucha contra la llamada Pobreza de Aprendizaje. Este indicador, recientemente elaborado por el Banco Mundial, combina cobertura escolar y aprendizaje, mostrando el porcentaje de niños que no pueden leer y comprender plenamente un texto a la edad de 10 años.
Enfoque 360 para la educación
El indicador de Pobreza de Aprendizaje, así como el Informe de Desarrollo Mundial 2018, cuyo foco fue en la educación, sugieren que la tecnología –inteligentemente usada—no reemplazará sino que ayudará a perfeccionar y facilitar el trabajo que realizan los docentes y directores de escuelas.
Los equipos del Banco Mundial que trabajan en Educación en América Latina están contribuyendo a identificar oportunidades y soluciones en EdTech, tanto dentro de proyectos como a través de la creación y difusión de conocimiento. El archivo What’s brewing in EdTech (“Qué hay de nuevo en EdTech”, en inglés), un documento que los encargados de EdTech actualizan constantemente, muestra iniciativas en casi todas las diferentes áreas donde convergen educación y tecnología.
En Costa Rica, Guatemala y Uruguay, el Banco apoya actividades operativas vinculadas al diseño e implementación de Sistemas de Información de Gestión Educativa; se utilizan plataformas virtuales en un proyecto en Ecuador para mejorar y ampliar la formación docente; el aprendizaje de los estudiantes y la tarea de los docentes mejoran a través de plataformas adaptativas en la República Dominicana, a modo de algunos pocos ejemplos
El software para Aprendizaje Adaptativo es una de las herramientas de EdTech más poderosas, que incluye soluciones basadas en la tecnología que analizan el desempeño de los estudiantes en tiempo real, y modifican los métodos de enseñanza de acuerdo con el ritmo y las necesidades de aprendizaje de cada niño. El Banco Mundial participa intensamente en un diálogo estratégico y técnico con el Ministerio de Educación de la República Dominicana. En asociación con McGraw Hill, el equipo ha estado trabajando en múltiples proyectos piloto para la incorporación de software adaptativo para la enseñanza de las matemáticas en 6º y 9º grados, lo que podrá ayudar al ministerio a mejorar sus inversiones como parte del programa República Digital y así canalizar más recursos hacia enfoques más complejos en apoyo de los docentes y aumento del aprendizaje.
Juan Baron, uno de los especialistas del Banco Mundial que trabaja en República Dominicana, señaló que lo que más le gusta de la tecnología adaptativa es que ayuda a los gobiernos a enfocarse plenamente en dos desafíos: el aprendizaje y el apoyo a los docentes. Comentó asimismo que este tipo de enfoque “no solo apoya software adaptativo sino también la gamificación (o ludificación del aprendizaje) que hace más atractivo el contenido para los estudiantes. También apoya a los docentes para que puedan enfocarse en los estudiantes que más lo necesitan: se transforma en la medida que los estudiantes plantean preguntas de diverso nivel, ayudando así a los docentes a responder a las necesidades de los estudiantes incluso cuando no estén usando el software”.
Superar los desafíos tecnológicos en América Latina
La producción de conocimiento en EdTech también ha sido fructífera en la región en los últimos años. Un trabajo de 2018 en Brasil exploró a fondo las competencias técnicas y digitales de los jóvenes para un mercado laboral cada vez más desafiante en el contexto del cambio tecnológico. El proyecto piloto Evoke en Colombia, se basó en narraciones, redes sociales y mecánicas de juegos para ayudar a los adolescentes de comunidades vulnerables a adquirir las competencias del siglo XXI necesarias para convertirse en líderes de innovación social y resolver problemas complejos en sus comunidades locales.
Por supuesto que existen todavía muchos retos para que las tecnologías en educación tengan un profundo impacto en el aprendizaje en América Latina, una región que necesita transformar profundamente e incrementar las oportunidades de aprendizaje, como lo demuestra su promedio de 51% en Pobreza de Aprendizaje y la media del 0,55 en el Índice de Capital Humano.
Los recientes resultados del PISA 2018 también confirman la magnitud de los desafíos que enfrenta el aprendizaje: en promedio, un estudiante de 15 años en América Latina muestra tres años de rezago en lectura, matemáticas y ciencia, comparado con un estudiante en algún país de la OCDE.
Afortunadamente, muchos gobiernos regionales son conscientes de este reto. Durante un taller reciente sobre Infraestructura Digital para la Educación, realizado por la Fundación EkStep en Bangalore, India, funcionarios de los gobiernos de Costa Rica y Perú identificaron desafíos concretos en sus sistemas educativos y posibles soluciones que fueron presentadas no como piezas aisladas sino en conjunto.
Un aspecto clave fue subrayado por Renata Lemos, especialista del Banco Mundial que participó en la actividad: “La belleza de Sunbird, con sus microservicios, y la infraestructura digital de Ekstep, es que nos obliga a pensar cómo debemos estructurar las soluciones digitales en la educación como un todo y no simplemente como soluciones aisladas a los problemas que podría enfrentar el sector”. Y luego agregó: “Trabajamos con el objetivo de entender cómo se pueden estructurar estas soluciones de manera tal que las infraestructuras digitales de los países puedan seguir evolucionando y mejorando, y ofrecer bases sostenibles no solo para las soluciones digitales de hoy sino para aquellas que quieran agregarse en el futuro”.
Los debates, conocimiento y servicios en EdTech siguen creciendo y ampliándose dentro del Banco Mundial, a medida que los gerentes de proyectos aprenden de los obstáculos y soluciones de sus colegas y de las contrapartes en los gobiernos de los países en donde trabajan.
La meta es una: asegurar que el uso de la tecnología en los entornos educativos mejore los aprendizajes. Al igual que Jorgelina y sus amigas en la escuela uruguaya, que lograron descifrar los secretos de la codificación para que el ratón encontrara el queso, nosotros necesitamos pensar en forma creativa para innovar y cooperar para alcanzar el éxito.
*Tomado de El Pais