La manipulación de la economía mundial

Ariel López Alvarez

Es de Perogrullo decir que es imposible controlar las bondades de una lluvia, planeando dónde ha de llover y su intensidad. Es diferente con la economía global, que ha venido manipulándose con el mismo modelo económico desde Margaret Thatcher y Ronald Reagan, para empezar a mostrar visos de gravedad, por múltiples causas, como la emisión del dinero fíat, que es la moneda que emite un Estado, por la manipulación de los datos de producción.

Por supuesto, vale el dicho de que la irracionalidad de los mercados puede durar más que su solvencia. Así es que, no sabemos a bien si la economía mundial va en sentido correcto, y no nos vaya a pasar como la película de La aventura del Poseidón, de los años 70, donde pensaban los tripulantes del barco que iban en el sentido correcto; pero aquel barco viejo, que hacía su última travesía antes de ser desguazado, fue alcanzado por una ola de tsunami, por un lado diferente al esperado.

Algo de la confianza en la manipulación de los mercados se puede percibir en una nota del zerohedge.com, cuando revisan la caída en un 22 por ciento de los Fondos de cobertura en Estados Unidos, a través de los últimos meses (Fondos se llaman a las operaciones de algunos inversionistas que suelen vender acciones a mayor precio para luego recomprarlas más baratas. Paradójicamente, estas operaciones logran que se conozcan los valores reales de las acciones).

El crecimiento económico se desacelera a nivel mundial –dice la nota del zerohedge.com–, y los riesgos solo contribuyen a esa tendencia, pero lo que es evidente para nosotros también lo es para los legisladores e inversionistas. Parece que estamos en un ciclo interminable en el que los mercados empiezan reflejando en sus precios esa desaceleración, para luego reflejar los estímulos y respuestas que se le dan.

Luego, zerohedge.com reconoce la desaceleración mundial de la economía, pero tiene la seguridad de que volverán a subir los Fondos de cobertura, porque en ese sentido se presentarán los estímulos y respuestas de los inversionistas en el mercado, aunque sea a través de dinero fíat, sin valor intrínseco.

Analistas económicos como Max Keiser, críticos de estas cortinas de humo de la economía, alertan de esos estímulos económicos, que no son tales. Argumenta que, la emisión de la moneda y los intereses en activos o al cero por ciento han provocado deflación, en lugar de combatirla, y no hay vuelta atrás.

Tenemos un cadáver al que llamamos economía mundial, dice Keiser, al que cada pocos meses se le inyecta una dosis de formaldehído (compuesto flameable y volátil), lo cual genera una imagen parecida a como cuando una serpiente se come una rata y esta avanza por su tracto digestivo, como si el cadáver fuera a recobrar vida; cuando esto nunca va a pasar, porque la rata está más muerta que Jeffrey Epstein (financiero de muy mala fama, fallecido recientemente); y aquellos que piensan que, con los estímulos la economía va a recuperarse, se encuentran en realidad atrapados en La aventura del Poseidón.