Los linchamientos mediáticos y el neozapatismo
Por Artemio Ríos Rivera*
Muchos de los que en algún momento simpatizamos con el neozapatismo lo hicimos desde la comodidad de quien da una limosna a la salida de la iglesia en domingo.
Dar un kilo de lentejas y regalar unos pantalones viejos para los pobrecitos indios, levantados en armas, nos hacía sentir que cumplíamos con un deber histórico; era cool participar en los zapatours. Nos sentíamos revolucionarios. En ese momento el EZLN le apostó a esa forma de participación para no estar aislados. La sociedad civil se cansó y se decantó. Ellos optaron por una forma de organización más cerrada.
Siempre estamos dispuestos a repartir culpas, es fácil y nos exime de cualquier error. Hoy día es moda participar de los linchamientos mediáticos, somos como las cañas de maíz, nos inclinamos acríticamente para donde sopla el viento. En las redes sociales el viento es impulsado por los bots y los cerebros de la propaganda y la desinformación. Esos sí a sueldo del mejor postor.
Es muy cómodo apostar a los caudillos y hacer muy poco más o nada. Así, el no encontrar salidas rápidas y fáciles a las problemáticas sociales siempre será culpa de la traición de los líderes, del asesinato de los dirigentes, de los errores de los cabecillas. Nosotros siempre nos sentiremos libres de equivocaciones cuando vemos la televisión, comemos palomitas y disparamos con el dedo flamígero en las teclas del celular o el ordenador sendas retahilas de epítetos contra quienes no estén de acuerdo con nuestros puntos de vista.
Hay mucho de miedo al fracaso en la guerra sucia contra el zapatismo. No leemos, no nos informamos, pero sí vociferamos. El enemigo está en otro lado y es muy poderoso, no distraigamos nuestras baterías.
Los que de alguna forma, en algún momento simpatizamos con el neozapatismo y hoy los descalificamos de la manera más grosera y sinsentido, nunca entendimos la lógica de su hacer y decir. Los zapatistas no han sido partidarios de los partidos políticos o de los procesos electorales, su propuesta de solución a la situación social no se enmarca en la lógica de la sociedad capitalista. Han dialogado con personajes destacados de la política nacional, con intelectuales y con gente común en la búsqueda de aliados y de convergencias difíciles de lograr. El zapatismo y el morenismo transitan por formas divergentes de pensamiento. El enfrentamiento ideológico es lógico, el debate es deseable.
Quienes nos preguntamos qué ha hecho en los últimos años el EZLN, deberíamos investigar, leer, informarnos. Hablamos desde la ignorancia de las reflexiones que han compartido sobre su forma de ver el mundo, de los encuentros que han tenido con diversos sujetos sociales, desde el desconocimiento del autogobierno que han transitado todos estos años. Estamos en enero, cada año en las mismas fechas los zapatistas lanzan sendos comunicados, decir que porqué antes no habían dicho nada es cuando menos una imprecisión terrible. Mejor deberíamos preguntarnos ¿por qué no los hemos escuchado antes?
El reduccionismo es poco inteligente, todo es obra de CSG decimos, el tipo se ha de morir de risa cuando le atribuímos tanto poder. En nuestra lógica para liquidar al otro, para descalificar a alguien decimos que es pagado por Carlos Salinas de Gortari. El argumento se lo lanzamos a cualquiera, sea del partido que sea o de indistinta tendecia político-ideológica
Las ofensas no son nuevas, es nuevo que quienes hablamos desde la izquierda electoral retomamos epítetos acuñados, por ejemplo, por Diego Fernández de Ceballos. El viejo discurso de la ultraderecha hoy es retomado por la izquierda electoral para atacar a la izquierda no-electoral, que paradojas del destino. Los zapatistas tienen derecho a disentir, como cualquier otro. Hay que dar la batalla, debatir, no descalificar.
Es claro que muchos intelectuales y personajes de estatura ética-humanista entienden las diferentes lógicas y respetan a los disidentes de izquierda, sin dejar de hacer lo que consideran su opción dentro del morenismo, otros simplemente son prudentes. Es lógico que la jauría y la rabia se haga eco con un gran sector de la clase media que no lee, que no investiga, que no es crítica, pero que está dispuesta al grito ensordecedor para acallar otras voces. La soberbia enceguece.
Odio decir lo que voy a decir, pero al paso de unos años, muchos de los hoy lopezobradoristas van a hacer lo mismo con Andrés Manuel. Lo van a linchar para subirse, oportunistamente, al barco que les quede a modo. Miremos hacia Europa, acostumbrémonos, con los mismos votantes: antier gobernaba la derecha, ayer la izquierda moderada, hoy la ultraizquierda, mañana la derecha otra vez y así, buscando y no encontrando soluciones en el marco de lo mismo. Para los zapatistas no hay mucha diferencia entre unos y otros gobiernos. Yo creo que sí hay distancias entre unos y otros, pero no las suficientes para atacar estructuralmente las contradicciones sociales.
Se equivocan quienes hoy insultan a los zapatistas. Yo voté por AMLO y simpatizo con el zapatismo. Hay una capa importante de gentes pensantes, en este país y el mundo, que ven con buenos ojos el esfuerzo del EZLN. Muchos estamos en la búsqueda y construcción de un país y un mundo mejor, en muchas trincheras, con muchas formas de hacer, calladas, sin estridencias. Que el esfuerzo sea invisible no implica su inexistencia.
Mi consigna durante las elecciones era: ¡¡Todo el poder a los zombies (Pejezombies)!!, en esa coyuntura era correcta para derrotar la PRIANRD. Para todos es claro que hay personajes nefastos en el nuevo gobierno, como hay gente honorable. Que no nos engañen, el contrapeso político no está en las composiciones de los congresos o el senado, en esa lógica todo se resuelve dándoles más representantes al PRIANRD. No, el contrapeso debe darse desde las organizaciones sociales, desde la sociedad civil, desde la organización ciudadana. El EZLN es parte de todo esto.
Marcos o Galeano, como quieran decirle, tiene alrededor de 40 años, o más, en la lucha social, si él hubiera querido desde hace muchos años sería diputado o senador o miembro prominente de alguna universidad o de alguna revista de prestigio intelectual respetable. Si le interesaran las elecciones desde hace tiempo el EZLN sería partido político y tendría las contradicciones internas que tuvo el PRD y que hoy tiene MORENA. También es lugar común lo que se dice de las formas de financiamiento de los zapatistas, ¿qué tan racista es negar a los indios capacidad de autogobernarse? Parece que nos encontramos a media plaza lapidando a una mujer.
Nosotros somos los otros, no alejemos a nuestros posibles aliados naturales. AMLO no va a solucionar la problemática social, ni el EZLN, ni nadie lo hará de una vez y para siempre. Ojalá AMLO y el morenismo lo hicieran, prendería veladoras y rezaría porque así fuera, pero esto no es una cuestión de fe, por desgracia. Estamos en una problemática muy compleja, en una búsqueda constante. Sería saludable que el debate estuviera por encima del linchamiento mediático, ojalá que no olvidáramos que nosotros somos los otros.
*Colaboración.